Qué Es, Beneficios y Cuándo Hacértela

¿Notas tu piel apagada, con poros obstruidos o exceso de grasa? La limpieza facial profunda es uno de los tratamientos estéticos más efectivos para mantener una piel sana, equilibrada y luminosa. A diferencia de la limpieza diaria en casa, este procedimiento profesional elimina impurezas más profundas, células muertas, puntos negros y exceso de sebo acumulado.

¿En qué consiste?

El tratamiento incluye varias etapas: diagnóstico de la piel, limpieza superficial, exfoliación, aplicación de vapor para abrir poros, extracción manual de impurezas, mascarilla calmante y, por último, hidratación con protección solar. Todo se adapta según tu tipo de piel (seca, grasa, mixta o sensible).

Principales beneficios

  • Elimina puntos negros y toxinas
  • Regula la producción de grasa
  • Mejora la textura y el tono de la piel
  • Potencia la luminosidad natural
  • Previene brotes de acné
  • Favorece la absorción de productos cosméticos

¿Cada cuánto hacerla?

Se recomienda una sesión al mes para pieles grasas o con tendencia acneica. Para pieles secas o sensibles, cada 6-8 semanas es suficiente. También es ideal antes de un evento o cambio de estación.

¿Quién puede hacérsela?

Es apta para hombres y mujeres de todas las edades. Si nunca te has hecho una, notarás resultados desde la primera sesión: piel más suave, limpia y con mejor aspecto general.